En la mitología indígena de Colombia, al jaguar se le atribuye la imagen del guerrero, guardián o gobernante. Por su agilidad para cazar y su fuerza para rugir, está asociado al poder y a la fertilidad que permiten equilibrio en los ecosistemas. Pero el jaguar de esta pintura se deja tentar por el oro; por esto traspasa el umbral de su lugar sagrado para doblegarse ante la codicia.
Es mejor ser rico que pobre es una famosa frase de un boxeador colombiano que, después de una exitosa carrera, envejeció en decadencia por derrochar en drogas y alcohol. La tentación del jaguar refiere entonces a una sociedad que busca el dinero fácil.