Las pinturas de Herman Braun-Vega son reinterpretaciones de obras reconocidas de la historia del arte occidental. En algunos casos, propone diálogos entre íconos internacionales y elementos del arte y la cultura peruanos. En otro grupo de sus obras, desarrolla intervenciones de material de archivo, como periódicos, sobre la superficie pictórica, que le permiten establecer conexiones con el presente y la realidad social actual.

En la obra Sin título (1980), que forma parte de la colección MAC Lima, aparecen representadas dos liebres desolladas, colgadas y enmarcadas como fotogramas. En ella es posible reconocer referencias a la tradición europea de los bodegones o naturalezas muertas, del siglo XVII o XVIII. Pero, en el caso de esta composición en lugar de los usuales frutos, flores, objetos valiosos de metal, que acompañan las imágenes de animales muertos, las liebres se ubican sobre el fondo de un espacio aséptico, que parece recordarnos el interior de los hospitales o las morgues.

Sobre la pintura se encuentran, además, recortes de periódicos que documentan atentados y conflictos ocurridos en Europa y el Perú al iniciar la década de los ochenta. Esto, sumado a las tachas o marcas de color rojo al interior de los fotogramas, enfatiza la violencia contenida en la disposición de los elementos. En esta como en otras pinturas de Braun-Vega, creadas hacia finales de los años setenta e inicios de los ochenta, el artista establece un paralelo entre representaciones de muerte o destrucción propias de la tradición artística universal con imágenes de violencia vinculadas a su contexto actual.